7 de septiembre de 2006

Día 2, después del 6

El ser extranjero tiene muchas ventajas pese a lo que la gente pueda creer. Cuando lees noticias desagradables sobre tu país de origen te duele por la gente querida que todavía tengas ahí, pero el no sufrirlo en carne propia ayuda mucho a sobrellevar los tragos amargos.

Cuando pasan cosas "malas" en el país en el que resides te duele, pues después de todo ahí vives, pero aun así no te afecta de la misma manera. Sin duda esto puede significar un desarraigo por cualquiera de los lados que se quiera mirar, y aun cuando esta verdad es triste en sí misma, la levedad e inmediatez de la vida actual permite que todo sea posmodernamente llevadero...

Aún no distingo muy bien si siento la misma alegría cuando gana la selección española que cuando gana la selección mexicana, lo cierto es que me he dado cuenta de que me da la misma tristeza la situación política actual de México (lamentable, retrograda y populista) que los incendios de Galicia. Luego entonces mi desarraigo podría llamarse también doble arraigo hacia dos países que quiero..?

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