Si bien es verdad que vivimos en una época en la que la tecnología nos ha facilitado mucho la vida, también es verdad que vivimos en la era del miedo.
En todos los sitios se nos infunde el miedo, no sólo al terrorismo que ya de por sí con eso tendríamos bastante, sino a casi cualquier cosa. Claro ejemplo de ello es la paranoia con la que algunos de nosotros vivimos o manifestamos nuestras impresiones a través de Internet.
Desde el viernes pasado fue publicado en el blog de Javi Moya una aplicación hecha por él mismo para poder enviar sms’s gratis a través de Internet, la verdad es que visto así, este “altruismo” nos sueña extraño en una sociedad totalmente materialista y medidora del valor en función de la cuantía económica que eso te puede representar, aunque si partimos del hecho de que esta supuesta web 2.0 está sustentada en las redes sociales y el uso que hacen éstas del medio, en teoría no debiera extrañarnos tanto que alguien lanzara una aplicación para facilitarnos la vida.
El problema está en la paranoia que existe y en la cultura que nos hemos hecho del miedo, inmediatamente empezaron a publicarse comentarios afirmando que probablemente ese programa contendría algún tipo de troyano, o que tal vez esto nos podría representar, a la larga o la corta, algún tipo de coste.
Hasta ahora he probado el servicio y la aplicación y va bien, también es verdad que en dos días de uso no se puede saber si tengo algún troyano en mi ordenador o incluso si esos mensajes, en principio gratuitos, me reportarán algún coste, en cualquier caso ya os diré.
Así es que las empresas cada vez incrementan más sus ganancias por soluciones, productos y/o servicios que tienen que ver con la seguridad, como el estudio que acaba de publicar Toshiba, en donde 1 de cada 5 ejecutivos ha perdido algún dispositivo móvil con información confidencial o crucial para la compañía, con lo que tal pareciera que a mayor movilidad, mayor inseguridad o lo que es lo mismo, entre más “informatizados”, más paranoicos nos volvemos.